La Comunidad de Madrid prepara un protocolo de contaminación e insta a los ayuntamientos de más de 75.000 habitantes a fijar las medidas restrictivas que consideren
La Comunidad de Madrid, siguiendo los pasos del Ayuntamiento de la capital, va a poner en marcha un protocolo regional de contaminación, que entrará en vigor en poco más de una semana, y que contempla reducir la velocidad (según el escenario) en las carreteras de titularidad de la Comunidad como la M-40 y la M-45 y coordinar medidas con los municipios, a los que aconseja que limiten el tráfico no en función de las matrículas, sino de lo que contamine cada vehículo.
El director general de Medioambiente, Diego Sanjuanbenito, ha explicado que el protocolo marco de actuación para episodios de alta contaminación por dióxido de nitrógeno de la Comunidad estará en vigor al día siguiente de su publicación en el BOCAM, lo que previsiblemente sucederá el próximo miércoles, si el Consejo de Gobierno lo aprueba en su reunión del martes 7 de noviembre.
Se trata de un protocolo, ha explicado, que busca coordinarse con los grandes ayuntamientos (los de más de 75.000 habitantes), que también deben elaborar sus propios protocolos municipales, de manera que los municipios no tomen decisiones unilateralmente que hagan que los ciudadanos que se desplacen de una localidad a otra se encuentren con disfunciones.
Los ayuntamientos podrán llevar a cabo medidas más restrictivas que las recomendadas por la Comunidad de Madrid, pero en ningún caso, podrán ser inferiores.
Son, por tanto, 15 municipios los afectados: Madrid, Alcalá de Henares, Alcobendas, Alcorcón, Fuenlabrada, Getafe, Leganés, Móstoles, Parla, Torrejón, Coslada, Las Rozas, Pozuelo de Alarcón, Rivas Vaciamadrid y San Sebastián de los Reyes.
Estas localidades deberán elaborar y aprobar su correspondiente protocolo. Para ello tienen un plazo máximo de un año a partir de la entrada en vigor de este protocolo marco de la Comunidad.
Además de esa coordinación, el protocolo da recomendaciones a los ayuntamientos y a los ciudadanos, y busca que la información sobre posibles limitaciones llegue a los vecinos de la Comunidad de Madrid con la mayor antelación posible para que planifiquen sus desplazamientos en caso de episodios de alta contaminación.
Sanjuanbenito ha especificado que el protocolo (que se aprueba en cumplimiento de la legislación nacional, que a su vez es una trasposición de una directiva europea) plantea limitaciones de velocidad en las carreteras de titularidad regional (la M-45 y otras de alto tránsito, como la M-607) en función del escenario de contaminación que se dé, de la persistencia de dicho escenario y de la previsión meteorológica para los siguientes días.
De esta forma, en un escenario 1 (de información y preaviso), se informará a los madrileños de que se está en la antesala de un episodio de alta contaminación para que sepan que, de persistir, podrían sufrir alguna limitación, y para recomendar que contribuyan a mejorar la situación.
En un escenario 2, de aviso, comenzarían las limitaciones de velocidad dentro del círculo de la M-45, de manera que en las carreteras cuya velocidad genérica es 100 kilómetros por hora se reduciría a 90, y en las comarcales con genérica de 90 se reduciría a 70.
Y en un escenario 3, el radio de limitaciones se extendería hasta la M-50, con limitaciones idénticas.
Dado que algunas carreteras y tramos dentro del círculo de la M-45 y de la M-50 son de titularidad estatal, se establece un grupo de trabajo con representantes del Gobierno central, de la DGT, de la propia Comunidad y de los municipios para analizar las medidas a tomar y las sanciones que se debieran imponer.
Llegado un escenario 4, con más de 400 microgramos de dióxido de nitrógeno (que ya supone una emergencia de salud), el protocolo establece recomendaciones no solo sobre el tráfico, sino sobre emisiones residenciales, instando a los ciudadanos a reducir el uso de las calderas más contaminantes y recomendando a los grandes centros de trabajo que promuevan planes colectivos de movilidad o faciliten el teletrabajo.
El director de Medioambiente ha insistido en que lo que busca el protocolo es, fundamentalmente, coordinar los planes con el resto de grandes municipios, y dar consejos para que éstos, a la hora de elaborar sus propios planes, tengan una referencia para actuar de forma coordinada y no unilateralmente.
Y, en este sentido, recomienda a los ayuntamientos que si se llega al punto de tener que limitar el acceso de vehículos a un núcleo urbano, se haga en función de las emisiones contaminantes del vehículo (según lo que marque la pegatina de la DGT) y no en función del número de matrícula, como establece el protocolo del Ayuntamiento de Madrid.