La Comunidad de Madrid acusa a Fomento de tener el proyecto «parado en un cajón»
El Gobierno de Pedro Sánchez mantiene en el aire el proyecto del Bus-VAO de la A-2, una iniciativa en la que han trabajado conjuntamente durante los últimos meses el Ministerio de Fomento del anterior Ejecutivo de Rajoy, la Comunidad de Madrid, el Consorcio Regional de Transportes, la Dirección General de Tráfico y el Ayuntamiento de la capital.
Sin embargo, con la moción de censura a Rajoy y el cambio de Gobierno, el proyecto se encuentra a la espera de que la DGT le dé el visto bueno y pueda prosperar. Es el último trámite necesario para que se pueda poner en marcha esta medida que inicialmente se iba a materializar después del verano, una vez que el pasado mes de julio el Ayuntamiento de Madrid autorizara el convenio de colaboración con el Gobierno central y el Consorcio de Transportes.
En este sentido, la consejera de Transportes, Vivienda e Infraestructuras de la Comunidad de Madrid, Rosalía Gonzalo, ha lamentado en una entrevista con la agencia Efe que el actual ministro de Fomento, José Luis Ábalos, tenga el proyecto «parado en un cajón», y le ha instado a ponerlo en marcha como estaba previsto, ya que, según Gonzalo, la medida beneficiará «a los miles de madrileños que viven en el Corredor del Henares, donde también hay un desarrollo industrial y de servicios muy importante para la región».
Gonzalo ha señalado que está a la espera de que el ministro de Fomento se ponga en contacto con ella: «Han pasado los cien días del nuevo Gobierno y, por supuesto, nadie me ha llamado ni le ha dado al enter en el ordenador para que ese convenio sea firmado».
«El anterior Ejecutivo del PP en el Estado tenía proyectos aprobados y en trámite de aplicación, pero desgraciadamente la moción de censura ha dejado en España un Gobierno débil, sin planteamientos claros y a la deriva, también en materia de infraestructuras y movilidad», ha dicho la consejera, tras explicar que la semana que se presentó la moción de censura tenía en agenda una reunión con la Dirección General de Tráfico, la última institución que tenía que intervenir para dar luz verde al proyecto.
La medida, que contribuiría a reducir la contaminación y la emisión de gases de efecto invernadero, es fruto del proceso iniciado el 28 de noviembre de 2017 por las tres administraciones, cuando suscribieron un acuerdo general para colaborar en la puesta en marcha de esta intervención viaria, que se desarrollaría en dos fases, con una inversión global de 15 millones de euros.
La iniciativa contempla reservar el carril izquierdo de la calzada para los autobuses y Vehículos de Alta Ocupación, lo que permitiría hacer el transporte público más atractivo y competitivo, según informó el Gobierno regional.
El carril enlazaría Madrid con Torrejón de Ardoz, desde el kilómetro 23,5 hasta el 4,2 en el sentido entrada y del 6,1 hasta el 14,9 en sentido salida.
El carril se controlaría mediante un sistema de Gestión Inteligente de la Carretera (ITS), que permitirá activarlo o desactivarlo en tiempo real. Además, contemplaba señalización horizontal-vertical, identificación del carril reservado mediante una baliza luminosa, cámaras, aforadores y paneles de señalización variable, cuya operación se integraba con los sistemas ya existentes en la vía.
A diferencia del Bus-Vao de la autovía A-6 (carretera de La Coruña), en este caso se anunció que no existiría separación física entre este carril y el resto de carriles de la calzada.