El matrimonio estuvo a punto de pagar 10.000 euros de rescate por la liberación de su hija
La Policía Nacional ha impedido en el último momento que una mujer pagara 10.000 euros como rescate por la liberación de su hija, supuestamente secuestrada en Madrid por un individuo que en una llamada telefónica amenazaba con cortarle un dedo, cuando en realidad ella estaba en su puesto de trabajo.
Se trata de la modalidad delictiva conocida como secuestro virtual, una estafa de la que hubo el año pasado 130 casos en todo España, en cinco de los cuales se produjo desembolso económico y en dos se pudo recuperar ese dinero, principalmente en Madrid, Cantabria, Zaragoza y Valencia.
En este último caso, el pasado día 6, la madre, de 69 años, recibió una llamada en su domicilio en la que un hombre con acento extranjero le decía que había secuestrado a su hija y amenazaba con cortarle un dedo, cuando la supuesta rehén, en realidad, se encontraba en perfecto estado en su puesto de trabajo habitual.
Mientras el secuestrador virtual mantenía a la víctima de la estafa al teléfono, ésta caminó hasta el banco, a donde también llegó en ese momento la Policía Nacional, avisada poco antes por el marido de la mujer.
Los agentes de esta patrulla impidieron que se produjera algún movimiento bancario, mientras que otra unidad policial acudió al lugar de trabajo de la supuesta secuestrada, donde comprobaron que se encontraba perfectamente.
Habitualmente son llamadas inesperadas procedentes de números ocultos o con prefijo del extranjero. Lo que buscan los delincuentes es provocar la máxima angustia y bloqueo emocional, por lo que son muy agresivos y directos, incluso pueden llegar a poner al teléfono a terceras personas que imitan gritos y lloros de las supuestas víctimas, explica la Policía.
Otra estrategia de los supuestos secuestradores es prolongar al máximo la llamada para evitar que la víctima reaccione y así tratan de impedir que la persona víctima de la estafa pueda avisar a la Policía y obtener el dinero sin llegar a colgar el teléfono, principalmente a través de empresas de envío de dinero.
Para evitar o afrontar estas extorsiones, la Policía recomienda desconfiar ante un aviso de secuestro de un familiar, incluso si se pone otra persona o se escuchan voces de fondo, y mantener la calma ante la presión ejercida por el falso secuestrador.