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MiraCorredor.tv publica una carta escrita por una de las trabajadoras de la cadena de clínicas dentales Funnydent, que cerró de forma inesperada dejando a miles de pacientes con tratamientos sin terminar y a varios empleados sin pagar. El dueño de la compañía, Cristóbal López Vivar, permanece en prisión provisional acusado de un presunto delito de estafa
La autora del escrito que reproducimos literalmente a continuación prefiere mantener su anonimato.
>> ¿El dinero donde está? Seguramente en alguna cuenta del extranjero y consumido en sexo, drogas y rock and roll por Cristóbal. Y aquéllos que dimos la cara por la empresa, esa cara que conocen los pacientes, se nos ha quedado de papel, tan frágil bajo nuestras lágrimas, porque teníamos relación con esos pacientes que se han quedado a medias en su tratamiento, porque sabíamos de sus vidas y su esfuerzo por pagar esos créditos y tener una sonrisa perfecta. Porque los doctores sí tenían esa ética médica para tratarles y la mayoría no tienen los contactos para seguir con el tratamiento en sus consultas.
Nosotros siempre pensamos que el dinero que no nos llegaba a nosotros era para pagar los tratamientos que se estaban haciendo, y no nos íbamos por ellos. A pesar de cómo nos trataba a nosotros, basado en los principios de los que Cristóbal alardeaba (¨nunca os dejaría a medias con el tratamiento¨)-, pensaba que al menos por moral, no lo haría.
Han desaparecido los historiales médicos, a saber en qué nave las ha guardado alguno de los asalariados y compinches del ahora procesado presidente. Todos esperamos que la policía interrogue e investigue lo suficiente por encontrarles, son millares.
He acudido a una de las reuniones de los afectados y me fui por vergüenza y miedo. Vi las caras de aquéllos que había atendido con una sonrisa a medias porque fuera de clínica me comían las deudas. Y me hubiera gustado gritarles que se fueran de allí, que esto no podía acabar bien, que la situación de impagos llevaba ya un año y no se regularizaba. Se hicieron cuartillas que repartí en Torrejón y Alcalá y la gente las tiraba porque pensaba que era propaganda. Nosotros éramos muy pequeños y las mentiras que se decían muy grandes.
La gran pena es que nosotros fuimos parte de esa estafa indirectamente, fuimos las marionetas de un escenario lleno de sofás blancos y paredes rojas creyendo que vivíamos nuestras vidas y ayudábamos a sonreír a aquellos que se habían olvidado cómo hacerlo. Ahora no paramos de lamentar haber participado en ésta obra que acabó con un cambio de cerraduras y un presidente anunciando el final sin más, sin soluciones, sin respuestas, sin dinero, sin aparecer.
Queremos justicia, más para los pacientes que para nosotros mismos, porque lo que ha creado esta empresa es mucho más, es desconfianza en los doctores, ha acabado con el mundo odontológico tal y como lo entiende un médico dental, ha creado inseguridad al paciente cuando entra en una clínica y eso es algo que no se puede recuperar, aunque les devuelva el dinero.
Apoyo para todos los afectados y trabajadores de FUNNYDENT.
Una Marioneta que se cortó los hilos. >>
* Carta escrita por una trabajadora de Funnydent.
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