El grupo, que tenía su base en Torrejón de Ardoz, operaba a lo largo de todo el Corredor del Henares
La Guardia Civil, en el marco de la Operación Bávaro, ha detenido a los siete integrantes del coro de los Dominican Don’t Play (DDP) en el Corredor del Henares por presuntos delitos de agresión sexual, pertenencia a grupo criminal, contra el patrimonio, lesiones y amenazas, y tenencia de armas prohibidas.
Los ahora detenidos eran los responsables de DDP en el Corredor del Henares y, consecuentemente, se encargaban de llevar a cabo la expansión de la banda en dicho territorio y las actividades delictivas que habitualmente cometen sus miembros en las zonas donde se asientan.

La operación se inició cuando los investigadores obtuvieron indicios suficientes que señalaban a un grupo de jóvenes integrantes de la banda juvenil de origen latino Dominican Don’t Play como posibles responsables de las numerosas agresiones y amenazas que estaban teniendo lugar en la zona.
Tras las investigaciones realizadas, los agentes registraron varios inmuebles en la localidad de Torrejón de Ardoz, entre ellos las dos sedes utilizadas por esta banda, en los que intervinieron numerosas armas prohibidas, así como objetos que podrían haber sido robados.

Los agentes también intervinieron en esos registros armas y herramientas que utilizarían para cometer esos delitos contra el patrimonio, aparte de un gran número de elementos distintivos de la banda, ha informado la Guardia Civil.
Este grupo, que tenía su base en Torrejón de Ardoz, operaba a lo largo de todo el Corredor del Henares, quedando acreditada su relación con la delincuencia común, principalmente en la comisión de presuntos delitos contra las personas y contra el patrimonio.

Tanto es así que, en numerosas ocasiones, estos individuos habrían provocado enfrentamientos violentos contra miembros de bandas rivales asentadas en distintas localidades aledañas con el fin de vengar disputas anteriores y hacerse con el control de las zonas.
Esta banda, al igual que otras semejantes, aspiran a controlar determinados espacios geográficos, estableciéndose en diversas regiones del país mediante la formación de grupos territoriales, a los que denominan coros.

Estos coros se dedican a cometer delitos como los citados anteriormente, creando una enorme desestabilización social en las zonas donde se asientan. Por lo general, este tipo de bandas juveniles violentas son grupos organizados con una fuerte jerarquía.
Cada uno de sus miembros tiene una función definida y en la mayoría de estas organizaciones, un elevado número de componentes son menores de edad, quienes habitualmente son inducidos a abandonar sus domicilios familiares y a cometer actividades ilícitas para fiannaicar la banda.