Más de 15.000 personas acuden cada año a contemplar este espectáculo único en el que intervienen más de 400 personas
El próximo Jueves Santo, Morata de Tajuña volverá a ser escenario de uno de los eventos más emocionantes y multitudinarios de la Semana Santa madrileña: la 37 edición de su Pasión Viviente, que, cada año, congrega a más de 15.000 personas para vivir una experiencia que aúna fe, arte y tradición, en una representación única declarada Bien de Interés Turístico Regional.
Organizada por el Grupo de Teatro Talía con el patrocinio de la Comunidad de Madrid y del Ayuntamiento de Morata de Tajuña, es la única Pasión del mundo con Bendición Apostólica del Papa Juan Pablo II, lo que le confiere un carácter espiritual profundamente arraigado.

Imágenes: Ayto. de Morata de Tajuña.
Y es que, durante tres horas, más de 400 vecinos se convierten en actores y técnicos para representar los últimos días de la vida de Jesucristo.
En total, se escenifican 10 cuadros bíblicos —desde el Sermón de la Montaña hasta la Resurrección— en un recorrido de 2,5 kilómetros que recorre todo el municipio, transformado para la ocasión en la Jerusalén del siglo I, y que comienza con una parada militar de la impresionante centuria romana y el motín de Barrabás.

La representación destaca por su puesta en escena cinematográfica, con iluminación teatral, efectos especiales, música compuesta exclusivamente para la obra y un impresionante vestuario artesanal que recrea fielmente la época.
Una jornada cargada de actividades
La Pasión cuenta, además, con una extensa programación durante todo el día, comenzando al mediodía con la Mini Pasión, una entrañable versión de la obra protagonizada por los más pequeños del municipio, en colaboración con la parroquia y los grupos de catequesis.
Al finalizar, la Plaza Mayor se llenará del sonido de los tambores y trompetas de la Agrupación Musical Morateña, que ofrecerá un concierto sobre el escenario de la crucifixión para dar paso, ya por la tarde, a un concierto de órgano y soprano en la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Concepción.
También, como cada año, habrá un puesto de información turística, un mercado artesano y los obradores locales ofrecerán los dulces típicos de la Pasión: los pasioncitos, las tentaciones y las cruces.