Sanidad refuerza el protocolo en los Centros de Salud para actuar contra esta práctica
La Comunidad de Madrid ha unificado las pautas contra la mutilación genital de los Centros de Salud de la región, donde hay 7.200 mujeres en riesgo por proceder de países donde se realiza esta práctica, tipificada como delito en España.
Las mujeres en riesgo de la región viven sobre todo en localidades del Sur y Este como Fuenlabrada, Parla, Torrejón de Ardoz o Alcalá de Henares y proceden de países del África subsahariana, o de Egipto, Yemen o Indonesia, según ha indicado el Gobierno regional.
El consejero de Sanidad, Jesús Sánchez Martos, ha presentado la Guía de Prevención de la Mutilación Genital Femenina de la Comunidad de Madrid, en cuyo documento se busca prevenir una práctica que pone en riesgo la vida de una mujer, a la vez que le supone un grave impacto psicosocial.
Ante situaciones de riesgo de las niñas por un viaje a su país de origen, el pediatra o médico propondrá a los padres de la menor, tras la exploración de sus genitales y registro en su historia clínica, que firmen un «compromiso preventivo».
Este documento, confidencial, estará disponible en español, inglés y francés y en él los tutores harán constar su compromiso de «cuidar la salud de la menor, evitar su mutilación y acudir a revisión a la vuelta del viaje».
Además, en los Centros de Salud se advierte a la familia de los riesgos para la salud de esta mutilación como hemorragias en otros órganos, problemas sexuales, psicosociales o incluso la muerte y se les recuerda que es delito en nuestro país. En situaciones de urgencia, el protocolo pide que se informe a la Fiscalía o al Juzgado de Guardia.
Las mujeres que llegan a la Comunidad y proceden de un país en el que se practica la mutilación genital reciben atención primaria y hospitalaria para disminuir las consecuencias de la mutilación, si ha ocurrido, y prevenirla en sus hijas.
Ante posibles complicaciones se las deriva al profesional indicado como también ocurre cuando las situaciones requieran practicar la incisión genital o desinfibulación.
En el caso de que las mujeres mutiladas estén embarazadas recibirán atención específica de un obstetra mientras que se dará seguimiento a los nacimientos de niñas.
La guía da otras pautas de actuación como acercarse a la paciente con empatía «evitando actitudes culpabilizantes» y desmontando los mitos asociados a la mutilación como tradición, religión o supuestos beneficios.
El Gobierno regional da también recursos audiovisuales y documentos en varios idiomas para pacientes y familias, así como mediadores interculturales.