La Comunidad tendrá que invertir otros 3,6 millones de euros
La Línea 7B del Metro, una vez más, vuelve a dar quebraderos de cabeza a la Comunidad de Madrid. El tramo entre Barrio del Puerto y Hospital del Henares necesita nuevos trabajos de impermeabilización, según informa El Confidencial.
La salmuera ha comenzado su proceso de invasión en un total de 454 metros. Las obras, por lo que se conoce, no van a conllevar el cierre de la línea, pero sí se sabe que la Comunidad tendrá que invertir 3,6 millones de euros, que se suman a los 21,4 ya gastados.
La Consejería de Transportes alega que esta complicación se está convirtiendo en una contrariedad estructural que ha llegado a provocar un pleito contra Dragados, la empresa que realizó las obras bajo el mandato de Esperanza Aguirre.
Pese a todo ello, la Comunidad insiste en que no existe ningún tipo de problema para viajeros o trabajadores. «Estamos ante uno de los tramos de Metro más controlados del mundo», afirmaba esta pasada semana la directora general de Infraestructuras en la Asamblea.
El problema que se ha reconocido, por todas las partes implicadas en el asunto, es que el terreno sobre el que se sitúan los municipios del Henares no es el más indicado para la construcción del subterráneo.
La presencia de yesos y sales (superior al 80%) y su propiedad filtradora hace que el agua llegue a los túneles llegando a provocar fallos en las propias estructuras de las viviendas de los ciudadanos que habitan sobre los túneles del Metro.
Desde 2011, cuando la Consejería tuvo que impermeabilizar cerca de 2.918 metros de túnel, las obras no han cesado. En 2014, otros 1.758 metros tuvieron que ser tratados por la salmuera y entre junio de 2016 y finales de 2017, las estaciones que discurren entre Coslada y San Fernando tuvieron que ser manipuladas.
Así, hasta que, a estas alturas, la Comunidad ha tenido que reconstruir un túnel sobre el túnel existente, lo que ha conllevado un desembolso para las arcas públicas que no se había previsto en un primer momento.
La línea 7B se ha ido convirtiendo, con el paso del tiempo, en una verdadera pesadilla para el Gobierno regional.